“Lo que hay y lo que se puede”
…y lo que sigue faltando
“Ni la bengala ni el rocanrol, a nuestros pibes los mató la corrupción”
Desde principios de 2005, y hasta el momento, el tema Cromañon ha sido mayoritariamente tratado por los medios de comunicación másivos como un suceso “accidental” con implicancias netamente comerciales. El factor político detrás del hecho, que incluso terminó con el juicio político a Ibarra por el cual este fue destituido como Jefe de Gobierno porteño, se fue dejando de lado paulatinamente en la cobertura mediática, siendo reemplazado por el debate sobre la culpabilidad de la banda y del propio Chabán. En el marco del juicio político se dió, creemos nosotros, una primera victoria concreta en el marco de lo institucional, producto de un movimiento organizado de familiares de víctimas y sobrevivientes.
Remarcar esto es necesario a la hora de problematizar el último fallo de casación: si bien es importante que se coloque el cohecho (es decir la coima) cómo un aspecto central -esto permite avanzar en el castigo de la trama de corrupción de los funcionarios- también hay que decir que no se hace hincapié totalmente en la “cadena de responsabilidades”. Se abre, entonces, el camino para una posible -y necesaria- condena futura a Lopez y Levy, pero con el lamentable correlato de Anibal Ibarra mostrandose aún como un político en campaña, desentendido de esta cuestión por haber sido “absuelto” por los tribunales. Los funcionarios son, desde esta perspectiva, responsables pero a título personal de una trama que claramente los excedía.
Desde la Juventud Rebelde creemos que es importante volver a remarcar la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad -y no sólo de sus funcionarios menores- para tratar de desarmar el tratamiento que a este tema se le sigue dando -aún más de seis años después- desde los medios masivos de comunicación. Fueron Ibarra y Telerman quienes, tan sólo horas después del suceso que costó la vida de 194 personas y dejó centenares de sobrevivientes en hospitales, se juntaron con los principalesbolicheros de la Ciudad de Buenos Aires. No se preocuparon por los familiares de las victimas y por los sobrevivientes, sino por “cuidar” las ganancias de personajes igualmente siniestros que el propio Chabán. La responsabilidad central de Ibarra también reside en lahabilitación oficial de cientos de locales tan o más precarios que Cromañon.
Con Lopez y Levy se podría abrir el camino a la condena de los funcionarios porteños implicados. Este sería un paso importante y no menor, claro está. Pero como parte de la juventud, de esta “generación Cromañon”, no nos conformamos con “lo que hay y lo que se puede”. Creemos que la mejor forma de homenajear a los pibes es seguir denunciando un sistema corrupto y perverso, donde los negocios importan más que la vida, donde todo se hace o se deja de hacer por, como decía el Indio Solari, la “puta guita”. Por esto seguiremos peleando hasta la condena efectiva de todos los responsables políticos del hecho. Y allí, hay que decirlo con todas las letras, la “absolución” de Ibarra de-toda-culpa nos sigue pareciendo tan repugnante como su nueva candidatura a la Jefatura de Gobierno.
Juventud Rebelde – 20 de Diciembre-